César Aira (Coronel Pringles, 1949) es un escritor y traductor argentino. Ha publicado más de sesenta obras, sobre todo novelas cortas por razones, según dice, de procedimiento.1
Temas
Sus fuentes estilísticas son muy amplias. Es frecuente la utilización del personaje del autor en sus novelas. Tal es el caso de El congreso de literatura, Las curas milagrosas del Doctor Aira, Cómo me hice monja, Cómo me reí, El cerebro musical o Cumpleaños; incluso en Las conversaciones está él presente.
En Coronel Pringles, su ciudad natal, por ejemplo, se desarrolla destacadamente la pesadilla descrita en La cena o su inicial vida familiar en El tilo. Otras novelas suceden en su barrio porteño, como sucede con Las noches de Flores. Pero Aira también retorna frecuentemente a la Argentina del siglo XIX, por ejemplo, en su larga y destacada La liebre, Un episodio en la vida del pintor viajero, sobre un pintor alemán, y Ema, la cautiva.
Puede emplear el estilo popular de los comic y de las novelas de género, como hace en Las aventuras de Barbaverde. Asimismo regularmente elige jugar con estereotipos de un exótico Oriente, como sucede en Una novela china, El volante, o El pequeño monje budista. Unas cuantas toman un cariz apocalíptico, Los misterios de Rosario, La guerra de los gimnasios o de nuevo La cena.
Estilo
Aira ha elaborado una estética de vanguardia en la cual, más que revisar lo que ha escrito, ejercita una fuga hacia adelante al improvisar una salida de los textos que ya ha creado.3
También busca en su propio trabajo, y elogia en el trabajo de otros, la idea del continuo, como un movimiento de avance constante en la literatura ficcional. Como resultado sus ficciones pueden pasar de un género a otro, y a menudo despliega estrategias narrativas de las culturas populares y género subliterarios como ciencia ficción y telenovelas. Deliberadamente y en forma frecuente rechaza conformar las expectativas genéricas de como una novela debería terminar, dejando muchas de sus ficciones con un final abierto o abrupto.4
Su manera de trabajar se guía, entre otros elementos, por el rechazo al razonamiento según el cual, para que a algo sea de buena calidad, tiene que ajustarse a paradigmas preexistentes, y la función del arte es crear de manera incesante, sin asumir otros conflictos teóricos que los relativos a la transubstanciación de la vivencia del autor.5
En ese sentido, Aira utiliza una versión razonada de la escritura automática de los surrealistas. El autor ha comparado su forma de trabajo con la de artistas como Max Ernst y Joseph Cornell.6
También es central dentro de su dinámica creativa la noción de procedimiento por encima de la idea del producto, pues no le da importancia a los libros como objetos bien terminados. Su prioridad como lector y escritor es el autor en su totalidad, el ser vivo que en su devenir construye (con) sus libros en su conjunto, buenos y malos. “De lo que se escribió un día hay que reivindicarse al siguiente, no volviendo atrás a corregir (es inútil) sino avanzando, dándole sentido a lo que no lo tenía a fuerza de avanzar”.7
Obra crítica
César Aira es un especialista de Alejandra Pizarnik y del escritor, dramaturgo y dibujante argentino Copi. Amigo íntimo del fallecido Osvaldo Lamborghini, es uno de los principales reivindicadores de su obra, habiendo editado sus Novelas y cuentos en dos tomos con prólogo suyo. También ha dictado cursos sobre Rimbaud, Mallarmé y el constructivismo. Su relación con el ensayo, sin embargo, no ha estado exenta de dificultades, pues la necesidad de tener las cosas definidas y de dar con la verdad han sido dos parámetros ajenos a su manera de trabajar.8