Criollo

Criollo es un americanismo que se empleó desde la época de la colonización de América aplicándolo a los nacidos en el continente americano, pero con un origen europeo. A diferencia delindígena, el criollo (del portugués crioulo, y éste de criar) era un habitante nacido en América de padres europeos (usualmente españoles), o descendiente solamente de ellos.

También se usa el término criollismo para designar al movimiento de los hijos de españoles nacidos en América -y que buscaban una identidad propia a través del pasado indígena- de símbolos propios y de la exaltación de todo lo relacionado con lo americano. Su identidad se fue fortaleciendo como consecuencia de las reformas borbónicas que los relegaron de los principales cargos políticos y eclesiásticos en Nueva España, situación determinante para el estallido del movimiento insurgente y la consumación de la independencia.

A mediados del Siglo XVIII los criollos de origen español controlaban buena parte del comercio y de la propiedad agraria, por lo que tenían un gran poder económico y una gran consideración social, pero estaban desplazados de los principales cargos políticos en favor de los nacidos en España.

En Nueva España, la ley prohibía el matrimonio entre un funcionario español peninsular en ejercicio y una criolla; es decir, mujer blanca nacida en América de descendiente de españoles. Esto no impedía que se efectuaran uniones de hecho entre mujeres criollas y funcionarios españoles.

Criollo es una palabra que deriva del verbo “criar”; por ello, un criollo es una persona que se ha criado en un determinado territorio. En tiempos coloniales recibía el adjetivo de criollo todo aquel que tuviera todos sus linajes de origen foráneo o europeo. Por ejemplo, padre y madre de origen español, aunque nacido fuera de la “metrópoli”; esta sola circunstancia hacía que los criollos, aunque pudieran tener muchos privilegios respecto a las otras “castas coloniales”, se encontraran en desventaja ante las prerrogativas de los administradores coloniales provenientes de Europa.

En Argentina y Uruguay, países que recibieron una inmigración muy fuerte de italianos y españoles entre 1850 Y 1950, así como otras migraciones posteriores a la denominación de criollo, su uso se documenta desde el siglo XIX para indicar a los nativos del país de estirpe caucásica: un hijo de españoles nacido en el país era un criollo. Tal denominación se fue restringiendo hasta emplearse solo para designar a pobladores del interior del país, a los que se supone de ascendencia criolla en el sentido clásico, aunque también con varios grados de mestizaje con los habitantes primigenios del continente, esto es, los amerindios. En Argentina las palabras criollo y criolla son un honra al señalar la original prosapia del país (en definitiva, los hijos de los europeos inmigrantes del periodo 1850-1950 también suelen ser bien considerados legítimamente como criollos ya que nacieron y se criaron en el país), aunque también se ha difundido una connotación negativa que tendría como sinónimo una mezcla de facilismo y picardía llamada precisamente la “picardía criolla” o también “viveza criolla”, tal picardía o “viveza”, bastante injustamente adjudicada a los criollos ya que incluye a toda la sociedad, se caracteriza por el facilismo y por el ejercicio excesivo de la astucia, aunque suma rasgos positivos: la capacidad de improvisar y el ingenio en general (destacándose la inventiva, el sentido del humor y la sociabilidad).

En países con un fuerte elemento de migraciones relativamente recientes de grupos caucásicos europeos (alemanes, italianos, españoles recientes, etc.), tal como en el caso de Argentina y Uruguay después de la segunda mitad de XIX, el término criollo en su sentido original tiende a desaparecer y a adquirir el significado descrito arriba.

En Brasil el término criolo designa personas negras o mestizas de negros. En el siglo XIX, los esclavos podrían ser criolos (los nacidos en Brasil) o africanos (nacidos en África, que podrían no hablar portugués ni conocer las costumbres de la nueva tierra). Por tanto, en el Brasil, el término crioulo nunca es usado para designar personas blancas, al contrario del resto de América Latina, excepto en el estado de Río Grande del Sur, fronterizo con Argentina y Uruguay, donde algunas personas distinguen crioulo (negro o mestizo de negro) y criolo (hijo de europeos nacido enAmérica).

En VenezuelaEcuador y Colombia, según el discurso oficial el término de criollo en el habla vernácula significa idílicamente “de la tierra nuestra” y es un término supuestamente inclusivista que se aplica a todos los colombo-venezolanos, quienes son “criollos” no importa que región sea. Según esta línea oficial de la censura racial “vernácula”, el rótulo de “criollo” se debe llevar con orgullo porque históricamente se asumen de facto los vínculos y herencia española y amerindia en una suerte de mestizaje que hace desaparecer las razas para fundirlas en una sola o “criolla”. Según esta versión, desde el momento de la independencia se estaba gestando una nación criolla con identidad y orgullo patrio. Es decir, de acuerdo a la letra oficial todo el legado nativo de la gran Colombia se funde con el colonial en lo criollo.

Otro uso de la palabra criollo es para la gallina criolla, que es más pequeña y contiene más sabor y que se degusta al preparar el sancocho de gallina criolla, o sea la gallina criolla es de una raza selecta para su comercialización. Algo similar ocurre con el pato criollo (Cairina moschata domestica) que es el pato doméstico originario de América tropical, domesticado por los indígenas desde tiempos precolombinos. En estos casos, el término criollo significa vernáculo o autóctono, que es la acepción más común de la palabra en estas latitudes.

En Francia se denominó tradicionalmente “créole” al blanco nacido en cualquiera de sus colonias, aunque no fuese en América. Todavía en la ex-colonia francesas (como Haití o Quebec) o en las actuales dependencias francesas (Guayana francesaMartinicaReuniónMayotteNueva Caledonia etc.) se denomina creole a la lengua basada en el francés aunque localmente diferenciada de tal idioma o a las formas de cultura o a las personas (casi siempre mestizas) en las que predominan los orígenes franceses.

En las excolonias portuguesas de África (independizadas en el año 1974) la palabra criollo (creolcrioulo) ha tendido a designar a las poblaciones mixogenizadas de “blancos” o “caucásicos” con melanoafricanos o “negros”, es decir de los llamados tradicionalmenete y vulgarmente “mulatos“, esto se nota especialmente en Cabo Verde donde toda la población es mixogénica de caucásicos europeos y melanoafricanos o africanos “negros”.

En Perú el término “criollo” ha seguido un curso diferente. Tiene varios significados, muchos de los cuales carecen de valor racial, social o étnico. Generalmente se usa como adjetivo calificativo para la música de la región de la costa, específicamente con géneros como “vals criollo” o marinera o tondero, u otros con fuertes orígenes afroperuanos, tales como el festejo u otros. Conocidos intérpretes de esta música tienen nombres como Los Embajadores CriollosLos Troveros Criollos, Las Criollitas y otros. Se usa además para calificar la “comida criolla” o comida típica de la región de la costa peruana como el “ceviche“, o tal vez “chupe de camarones” o la “jalea”, etc.

También en Perú tiene otro significados de uso muy común. En las clases altas capitalinas, el término “criollo” se asocia “a veces” con contenido muy negativo y se denominan así personas que pueden ser definidas como “marginales”, “vivos”, “lumpen” o “estafadores” entre otros significados, cuando el término es usado como adjetivo. Este significado alude al facilismo y picardía de manera similar al caso argentino, llamando en Perú también a este aspecto “picardía criolla”, “viveza criolla”, “viveza”, “ley del vivo”, “criollada”, etc. Ejemplo: “me hicieron una criollada” para decir “me estafaron”. Según algunos esta acepción del vocablo criollo, que tiene uso muy común y aceptado en el Perú, se originó por las costumbres de los descendientes de españoles de viajar por el interior del país donde tomaban con engaños las posesiones de los habitantes locales incluidas sus hijas, mujeres y/o bienes materiales, confiados en la credulidad de los nativos, siendo los culpables inmunes a la ley o la justicia por la corrupción existente, también practicada por “criollos”. Sin embargo, en el pueblo, hay un sentimiento de orgullo en decirse “criollo” o persona del pueblo. En este sentido, el “criollo” es el hombre común costeño, criado en cultura popular, comiendo comida criolla y escuchando música criolla, con un orgullo de su herencia española, indígena y afroperuana, mestiza, en contraposición a los de clases altas con tendencias eurófilas y amantes de influencias extranjeras, especialmente de Estados Unidos.

El “núcleo duro” de lo “criollo” está restringido a los valles agrícolas del litoral peruano y las ciudades aledañas, tales como PiuraChiclayoTrujilloLima e Ica. En cada lugar ha adoptado formas propias con variados elementos culturales, actualmente con una fuerte influencia mestiza y morena en el norte y un dominante elemento africano en Lima y el Sur Chico. Desde épocas coloniales, la composición etnocultural en la costa peruana ha variado dependiendo de la región. Por ejemplo, el elemento africano estaba concentrado en el sur en la Provincia de Cañete y elDepartamento de Ica o en la costa norte en Lambayeque y Piura, hecho que ha dado un carácter único a esas áreas. En dichas regiones existían los grandes fundos de explotación agropecuaria que estaban en manos de descendientes de españoles y de otros europeos, así como sus artesanos. La dinámica de la relación entre el elemento europeo y africano en el Perú amerita un estudio más riguroso, pero cabe mencionar que esta relación se gesta de manera asimétrica para perpetuar el dominio racial del blanco. Lejos de crear una integración, resulta en la exclusión y marginación del componente mestizo e indígena por el uso de los afroperuanos de la costa y de las urbes, quienes son utilizados como fuerza de choque para proteger al blanco contra el cobrizo y el negro. Quienes se prestan a su labor de guachimanes (derivado de watchman), aplican la selección racial en los lugares de acceso público, como centros de entretenimiento, clubes, etc.

En otros países del continente americano, se da por extensión el calificativo de criollo a todo lo producido por criollos o en el ámbito de la “cultura criolla”, por ejemplo: “caballo criollo”, “pan criollo” o “vals criollo”; y por extensión hecho en el país, como sinónimo de “nacional”. Esto ha traído como consecuencia que el término cambie progresivamente, para horror de las antiguas élites que se han esmerado por mantener su “pureza racial”, en algunos países con mayorías mestizas o afroamericanas como República Dominicana, entre otros, que lleva a designar a los nacionales del país, sin considerar su “raza”.

Es interesante notar que en los países anglosajones no ha sido ni es notoria la distinción de tipo “metropolitano” vs. “criollo” ya que en el mundo angloamericano el sistema segregacionista (muy “naturalizado”) ha sido diferente el de la llamada regla de “hipolinaje” (linaje “inferior”): aún en Estados Unidos se llama “gente de color” a alguien que tiene ancestros negroafricanos y también blancos, o “indian” a quien se le saben ancestros indoamericanos aunque predominen linajes europeos en su genealogía.